martes, 30 de junio de 2009

El miedo, el odio y el desprecio


Más que una derrota, lo que me preocupa sobremanera es quiénes emergieron como ganadores. Ahora que han vencido al monstruo bicéfalo: ¿hacia dónde se dirigirá la desmesura del odio que tan profusamente se ha extendido en estos años? Sobre la base del miedo, eficazmente relanzado por la dictadura, es posible la conducción del odio. No se apunta a la virtud sino a lo que haya de miserable en el alma de cada uno: la superficial ignorancia, el prejuicio y el egoísmo. Se va tejiendo el control. Se utiliza la antidemocrática concentración de los medios audiovisuales y un discurso de antipolítica facial cuya buena onda -paradójicamente- es el cuenco que contiene el desprecio inconfesable. Hemos pasado por ésto y se que podremos revertir sus efectos destructores y excluyentes. Los gobiernos y los programas pasan, pero el proyecto popular permanece siempre. Se trata de procurar el máximo de una libertad sustantiva y de una igualdad incluyente en el marco de una democracia sostenida sobre dos patas: la potente soberanía del pueblo y el respeto irrestricto a los Derechos Humanos.

lunes, 29 de junio de 2009

Honduras



Honduras es el nuevo experimento de los otrora golpes de estado que se disimulan en el siglo XXI como sucesiones forzozas (sic)(*1). Carlitos Schmitt diría que estamos frente a un estado de excepción: está en juego quién decide sobre él, le pone término y se constituye como soberano. El presidente constitucional Manuel Zelaya o quien ocupa hoy su lugar, a mi juicio, de manera completamente violenta, ilegítima e inconstitucional, Roberto Micheletti.

Zelaya fue secuestrado por militares, en horas de la noche y en su domicilio, subido a un avión y exiliado a Costa Rica. La Corte Suprema de Justicia y el Parlamento avalaron el golpe y entronizaron en el cargo a un usurpador. Zelaya, desde el exterior, negó toda renuncia, pronunció un discurso en la OEA y concita un apoyo generalizado de los presidentes de la región, que esta vez incluye al Estados Unidos de Obama.

Hay algunas cuestiones que nos remiten a la teoría de Maquiavelo y que vale la pena destacar. Zelaya proviene socialmente del grupo de los grandi. Era empresario y se esperaba que gobierne en consecuencia. Pero una vez en el poder se autonomizó de su grupo de origen y llevó adelante medidas igualitaristas y compatibles con un modelo de democracia participativa. Eso le valió un creciente apoyo de sectores populares pero un castigo de su partido y de todo el aparato estatal que se sostiene en los poderes sociales más concentrados(*2)

Antes de su caída, Zelaya había impulsado una ley de transparencia, una ley de participación (consulta popular) y había sido categórico en su referencia a quienes luego lo derrocarían:

  • Se oponen a estas medidas "los grupos que se sienten con el poder de disponer sobre nuestras vidas...""La Corte de Justicia, que no le hace justicia sino a los ricos, a los banqueros y a los poderosos de nuestro país, -y que solamente problemas a la democracia hondureña ha causado".
  • "Los grupos fácticos de poder [qué son los grandi sino ésto] están manipulando jueces y congreso e influyendo sobre los militares y son los que estan amenazando el estado de derecho enHonduras. Con el inestimable apoyo de una oligarquía mediática y económica quieren volver al pasado, contra el pueblo, y al tiempo de los desaparecidos, de la dictadura."
La Argentina (y la OEA) tienen a un hombre ideal para el caso. Fue clave en una situación relativamente similar en Haití. ¡Marche una Capureta democratizadora para Honduras!

*1 Buen post de Gustavo Arballo en Saberderecho. Y otro que allí se recomienda, acá.

*2 Los sectores de actividades agropecuarias, la minería y el sistema financiero (cada una de las cuales representa el 14% del PBI) son las tres de mayor peso en el país.

NOTA: ¿Por qué razón ninguna de las empresas de cable que operan en la Argentina transmiten en su programación la señal de Telesur y a qué se debe la inacción del COMFER y el gobierno nacional?

NOTA 2 (3/7/09):
Telesur está transmitiendo en vivo y desde Honduras prácticamente durante el día entero. Hay un nivel de movilización popular creciente en apoyo al presidente derrocado. Es un proceso para no perderse. Cambió la forma de los golpes, no el fondo; pero también se registra un cambio en la reacción del pueblo, que no se repliega y resiste; la presión internacional contra quienes usurpan cargos públicos y reprimen desde el aparato del estado también implica un avance en comparación con la experiencia histórica latinoamericana.

miércoles, 24 de junio de 2009

La ubicuidad del "pero"


Attenti con el pero. Se camufla con el alias de but. Cuando está laburando en español le gusta no pasar desapercibido. Nos dice: lo importante es lo que se dice después de que hablo yo. ¿No? Mirenló operar acá:

"Las reformas constitucionales de Venezuela, Bolivia y Ecuador son una reacción al neoliberalismo de los años noventa. Introducen derechos sociales y otros elementos positivos pero tienden a reforzar el presidencialismo" (*)

El artículo en el que encontramos esta frase se llama Cambiar la letra, cambiar el mundo. Vaya coincidencia. Probemos una que le guste a la gente:

Las reformas constitucionales de Venezuela, Bolivia y Ecuador son una reacción al neoliberalismo de los años noventa. Tienden a reforzar el presidencialismo pero introducen derechos sociales y otros elementos positivos.

¿Qué me contursi?

Aún más bajo que su habitual "populismo penal"


Pese a las disposiciones de la Ley de Seguridad Interior, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, autorizó a incorporar a las filas de la Policía Metropolitana a los militares en actividad. Además, decidió impedir el control de la Legislatura a la nueva fuerza: lo hizo mediante el veto de la norma votada que creaba un Comité de Seguimiento de la actuación policial. Por añadidura, Macri decidió que no se exigirá como requisito a sus cuadros el título secundario, aun cuando así lo exige la ley 2.894, que creó la fuerza de seguridad. Eso sí, el nuevo superintendente que estrenó cargo el 1o de mayo, el comisario mayor retirado de la Federal Carlos Arturo Kevorkian, goza de una amplia discrecionalidad para asignarse recursos, designar instructores y elegir lugares de entrenamiento (nota completa de Gustavo Veiga, acá).

La invención del Estado Moderno y otra mirada sobre la protección pública

El Estado existe, entre otras cosas, para conjurar la incertidumbre y peligros de la inseguridad civil y social. Negar equidad social es lo mismo que declararse contrario al pacto que instituye una sociedad moderna (1)

Seguridad es seguridad civil pero también seguridad social. Es la seguridad de ser bien curados, la seguridad de un ingreso, la seguridad de ser educados. Es la seguridad de poder garantizar a futuras generaciones condiciones de vida mejores que las que nosotros tuvimos.

Para esto es esencial contar con la seguridad del derecho y no solamentederecho a la seguridad”. El derecho a la seguridad nunca puede realizarse sin que exista la seguridad del derecho: seguridad de que la ley es pareja para todos, sin privilegios ni impunidad. Destaquemos el hecho de que estas certidumbres sólo pueden serlo inmersas en el orden de una ciudad (o régimen) libre (o autónoma), esto es: con libertad política como expresión del poder de todos, de un bien compartido.

No puede reducirse la seguridad concibiéndola “siempre y solamente en relación con los lugares públicos y de visibilidad pública o con relación a un pequeño número de delitos que entran en la así llamada criminalidad tradicional (sobre todo agresiones con violencia física a la persona y al patrimonio), que están en el sentido común y son dominantes en la alarma social y en el miedo a la criminalidad"(2). Se fue abandonando, lamentablemente, una concepción de la seguridad que tenga en cuenta la provisión de garantías de derechos y de reaseguros sociales a la población, a toda persona que viva en un territorio, cualquiera sea, y por supuesto también de la posibilidad de transitar sin riesgos de ser víctimas de diferentes expresiones de la violencia en los espacios urbanos.(3)

Desde una perspectiva afín, Luigi Ferrajoli nos dice que la exclusión a la que conduce la pobreza como proceso es también un estado en el que las personas son privadas de la ley. Esto es importante porque para este filósofo el derecho debe ser la ley del más débil, una protección para aquellos que no tienen poder.(4)

Para la tradición republicana democrática, son las instituciones las que protegen a los ciudadanos frente a las asimetrías que necesariamente existen en cualquier sociedad. La protección de las leyes es la compensación en términos de capacidades y poder de los menos aventajados frente al que detentan por sí mismos y por su acumulación particular, los ricos y más poderosos.

Por eso, para el republicanismo, sólo somos auténticamente libres cuando toda posibilidad de opresión social o dominación autoritaria es clausurada. Vivimos seguros porque nadie puede someternos arrebatando nuestra libertad común. Por eso, y vean si esto no es un argumento muy interesante, libertad-poder-seguridad son sinónimos y no cuestiones que deben resignarse u oponerse mutuamente.

Esta es una idea republicana no comprendida en tradiciones políticas muy emparentadas con la figura de un líder (a quien siempre se le atribuyen condiciones extraordinarias) y también por el liberalismo, especialmente por el de cuño conservador. “Mientras los liberales equiparan la libertad con la ausencia de interferencia, los republicanos la equiparan con estar protegidos contra la exposición a la interferencia voluntaria de otro: estar seguros contra tal interferencia. Libertad, en este sentido equivale a no estar bajo el poder que tiene otro de hacernos daño, a no estar dominados por otro. La libertad como no dominación –la libertad como seguridad contra la interferencia arbitraria- es un ideal completamente diferente de la libertad como estricta no interferencia.”(5)

Una ciudad republicana y sus ciudadanos, entonces, viven seguros porque tienen un poder público detrás en el que respaldarse, y ese poder es preservado en el ejercicio de la política y sus instituciones libres sobre las cuales –retomando el principio- esa ciudadanía tiene acción y control.


Notas:

(1) CASTEL, Robert: La inseguridad social. ¿qué es estar protegido? Manantial. Buenos Aires. 2004.

(2) BARATTA, Alessandro, "Política criminal: entre política de seguridad y política social", en Delito y Seguridad de los habitantes. Elías Carranza (coord.). Siglo XXI. México. 1997.

(3) DAROQUI, Alcira. “Las seguridades perdidas”, en Argumentos 1. Buenos Aires. 2003.

(4)FERRAJOLI, Luigi: Derechos y Garantías. La ley del más débil. Trotta. Madrid. 1999.

(5) PETTIT, Philip: “Liberalismo y Republicanismo” en Nuevas ideas republicanas. Autogobierno y Libertad. Ovejero, Martí y Gargarella (comps.) Paidós. Barcelona. 2004. Pág. 119.


miércoles, 17 de junio de 2009

La duda: ¿Es la estabilidad el fin supremo para Maquiavelo?


Al menos eso parece indicar la ingeniosa pregunta que dos alumnos de esta comisión formulan. Según sus argumentos, el fin de toda la ingeniería conceptual de Maquiavelo es el de la búsqueda de una estabilidad consistente. La libertad y la igualdad de la república, la virtud cívica, etc, son medios para ese fin. En mi opinión, esto no es así. Sostengo que la centralidad del dispositivo maquiaveliano radica en la potencia del elemento vital: la libertad política. Veamos por qué.

Nunca las ciudades sometidas a servidumbre alcanzaron la grandeza de aquellas que vivieron libres. Aquí tenemos algo verdaderamente importante: si hay un fin deseable ese es el de la gloria de nuestra patria, su grandeza. Si acaso es lícito pensar en finalidades últimas, he ahí la obra máxima de la política. Buscar la libertad es buscar la grandeza, pues “la libertad es la clave de la grandeza” (Skinner, 1991).

Si la libertad es el camino de la grandeza, esa libertad requiere de un auxilio importante: la virtú. La ciudadanía, pero especialmente los ordenamientos republicanos, son depositarios del cuidado de la libertad. Funcionales a esta misión son la religión cívica, el patriotismo, el espíritu fundante que descansa en la constitución. Algo muy particular de esta constitución mixta es su capacidad de canalizar el conflicto entre grupos y sus humores contrapuestos, por un lado; el carácter inclusivo (político y social) de ella, el otro. El ideal de autogobierno, el principio de la libertad como no-dominación y su puesta en acto, la des-unión, conforman la característica de apertura a todos del poder, su horizontalización-dispersión y por ello su multiplicación.

Recién en este momento podemos hablar de estabilidad. La estabilidad del régimen ocurre porque se ha horizontalizado el poder. Eso hace a una república. Y se lo ha multiplicado (dispersándolo) en la ciudad porque la libertad es eso. Cada poder controla a los otros. “La estabilidad, por tanto, sólo se obtiene al precio de la institución de mecanismos de control del poder” (Funes, 2004). La inestabilidad se vincula con el ejercicio de un poder sin límites; los límites institucionales al ejercicio del poder generan como consecuencia la estabilidad.

Si aceptáramos el supuesto de la primacía de la estabilidad, tendríamos que aceptar también un hecho que se desprendería de él: volvernos indiferentes a la preferencia entre dos modelos de república: la de Roma v. la de Esparta-Venecia (aún sabiendo que sólo una lo es verdaderamente y las otras son una licenza de los grandes enmascarada). Y asumir esto contradice lo expuesto por Maquiavelo en el Libro I de Discursos. Maquiavelo piensa que una república perfecta es aquella cuyo régimen se incrementa en el tiempo y cuya ciudad se expande en el espacio. Tiempo y espacio hacen a la potencia del régimen.

Hay dos caminos para la estabilidad. El modelo de “república” aristocrática y el modelo romano. “Así como existe una estabilidad derivada de la unión, así también existe otra, fundada en la des-unión” (Funes, p.82). Y el modelo de roma nos enseña que lo que hace durar es a la vez lo que hace crecer. Duración y crecimiento no se excluyen: se implican y realizan mutuamente si la estrategia es por la vía de la des-unión, única república que merece su nombre y que defiende el florentino.

Fuentes (se recomiendan):

-Ernesto Funes: La desunión. República y no-dominación en Maquiavelo. Gorla. Buenos Aires. 1ra. ed. (2004).

-Quentin Skinner: Maquiavelo. Alianza. Madrid. (1991).



viernes, 12 de junio de 2009

Los usos de Maquiavelo: el poder de los Grandes (2da)


Estos días releí Todos a la calle, libro que Michael Moore escribió en 1996 y en el que hay un capítulo sobre General Motors. Si lo que pregonan las más grandes corporaciones es: los beneficios mandan, el beneficio es el rey o la responsabilidad del Director general es ganar tanto dinero como pueda para sus accionistas, ¿Por qué GM no vende crack en lugar de fabricar automóviles?

¿Porque consumir crack es malo para la salud, y es ilegal? Es posible. "Si no permitimos que GM venda crack porque destruye nuestras comunidades, ¿Por qué les dejamos cerrar fábricas?Eso también destruye nuestras comunidades". Estaba, con mucha razón, denunciando la práctica de deslocalización de las grandes empresas que cerraban industrias en su país y las radicaban en el exterior, buscando esa renta extraordinaria (para el trabajador eso se llama tasa de explotación). Sigan echando trabajadores y veremos lo que pasa, concluyó visionario. Este es uno de los efectos más preocupantes del cimbronazo sistémico para todo el mundo.

Al conocerse la quiebra de GM, volvió a ocuparse del tema: "Aquí estamos, pues, en el lecho de muerte de General Motors. El cuerpo de la empresa aún no está frío y descubro que me siento rebosante de –me atrevo a decir– júbilo. No es el júbilo de la venganza contra una corporación que arruinó mi ciudad natal, que dejó sin hogar a la gente con la que crecí y le trajo miseria, divorcios, alcoholismo, desamparo, debilidad física y mental y drogadicción. Tampoco, obviamente, me alegra saber que otros 21 mil trabajadores de GM recibirán la noticia de que también ellos se han quedado sin empleo. Pero ustedes y nosotros y el resto de los estadounidenses ¡ahora somos dueños de una empresa automotriz!"

La palabra es dueños. Sin eufemismos. No reorganizar, reingeniería, rescate, salvamento, inyección o respaldo. No, dueños. Lo dice porque el estado posee ahora la mayoría accionaria. Si no fuese Obama y los hechos hubiesen ocurrido en Venezuela, algún Aguinis ensayaría la traslación sureña: hablaría de populismo, expropiación, estatalismo, atraso latinoamericano, regresión, demagogia, bonapartismo a la bartola, etc.

Para no defraudar las hipótesis sobre la traspolación, reparemos en las últimas movidas de la Unión Industrial Argentina (UIA). Inventó el gran bolazo de que el conglomerado transnacional Techint es la argentinidad al palo, un sucedáneo del Torino, el dulce de leche y Titanes en el ring. La UIA Ha concentrado su reclamo en bloquear el acceso de Venezuela al Mercosur como represalia a una nacionalización (acordada e indemnizada) de Chávez. Viajaron a los Estados Unidos (el estado que ahora controla GM y hasta regula el contenido de los cigarrillos, confirmando lo dicho por el tolerante Senator) para hacer lobby en contra de esa incorporación (y de paso disimular que de ésto ni les interesa hablar).

No es menor un dato de fuerte peso simbólico: la UIA estuvo conducida por el grande venditore Ignacio de Mendiguren, que no es empresario industrial(!). Ex ministro del cazador de escualos en lugar de competir vendió argumentando con toda clase de confusionismo y fraslafra su negocio textil Coniglio, plegándose a la ondusa de la valorización financiera que se deposita siempre en algún paraíso fiscal (para qué producir si es más cómodo tener liquidez verde, papá).

Maquiavelo cuenta lo mal que le fue a quien, en tiempo de carestía, repartió trigo a la plebe. No sabemos que diría si el bondadoso hablase mal de Roma fuera de sus comarcas. Es fácil imaginarse. Es lo que hay.


jueves, 11 de junio de 2009

Los usos de Maquiavelo: el poder de los Grandes.


Maquiavelo caracteriza a este grupo, que es generalmente minoritario en número, como un actor dotado de astucia, previsión y de operatividad para organizar alteraciones. Anima a los grandes una actitud insolente y soberbia, pero particularmente proclive a intentar hacer valer como regla para el conjunto su particular criterio de orden -en el sentido más integral del término- que han forjado socialmente y que buscarán por distintas vías y modos traducir en reglas para la ciudad. Lo que tienen, entonces, es una gran capacidad de despliegue de poder social.

Como ya los había retratado Aristóteles, ni saben ni quieren ser gobernados. Buscan siempre, así lo cree Maquiavelo, apropiarse de la libertad. El atributo de su contraparte, el pueblo (número, pobreza y libertad) opera como resistencia; su límite son los ordenamientos republicanos, la desunión como puesta en acto en la ciudad del principio de no-dominación. En otras palabras, la potencia de la libertad y la igualdad propias del régimen libre son el escollo más grande a la ambición de los oligoi.

Con la debida previsión que debe ponerse para evitar la anacronía, y aceptando la libre criticabilidad de las cosas, hace unos pocos días ocurrieron dos hechos que pueden habilitar el ejemplo del perfil que se trazaba. Alcanza a periodistas que discursivamente pusieron luz sobre esta operatividad del poder de los pocos. Y fueron anulados, silenciados, despedidos: censurados.

1) Miguel Bonasso -periodista, escritor y diputado de la nación- en el diario Crítica: atacó en dos frentes, prensa y parlamento, al emprendimiento minero binacional de la poderosa Barrick-Gold en Pascua-Lama. Se trata de minería a cielo abierto, una inversión de tres mil millones. Despues de esta nota, esta y esta, no escribe más en el diario.




2) Reynaldo Sietecase y sus compañeros de Tres Poderes (ahora es claro que en el canal América 24 los únicos tres poderes son Vila, Manzano y De Narváez) entrevistaron al candidato De Narvaéz. Se pusieron un poco agudos con el dueño de la pelota y de golpe ¡PUFF! salieron de pantalla, como cuando te fallaba el Pacman al cambiar de nivel...

lunes, 8 de junio de 2009

Córdoba se redime


Se cumplieron 40 años del Cordobazo, un acto de resistencia contra la dictadura de Onganía y su política de recortes de derechos populares, articulado principalmente entre trabajadores industriales organizados y estudiantes universitarios.
Destacamos la excelente emisión de Marca de Radio, programa que conduce Eduardo Aliverti los sábados a las 10, en la 910. Con mucho material de época, análisis conceptuales que alcanzaron también a quienes fueron protagonistas y participaron del programa, y una entrevista a los hijos de Agustín Tosco (dirigente sindical ejemplar, con altísima responsabilidad en esas jornadas).
Pueden bajarse el programa (30-05-09) desde aquí.

GarcaVisión

Después de dos años sin televisión en casa, etapa en la que aproveché para ir coleccionando joyas del cine italiano, francés y del otro, presiones insostenibles en mi oikos me obligaron a transigir y recontratar un monopolio cablero: GarcaVisión, nave insignia de la empresa trompetera.

Por teléfono (atentti, nunca agarrárselas con el trabajador precarizado que atiende) comienza la conversación. Yo no era el negociador, sino el decisor. El que detrás de escena dice yes or not. Pack básico: $106,80. Bonus de 6 meses para la revista Miradas, un adefesio rebosante de fotoshop. No le llega ni a los talones a la gran TVguía, folletin setentoso si los hay.

Hasta ahí, bandera celeste, viento en popa. Pero, en una jugada magistral, la empresa hace sonar las trompetitas -como las sirenas cantaban a los marineros, para que finalmente se estrolen en los arrecifes- tal como ocurrió. "Por sólo 15 pesos más de diferencia puede contratar el Díyital Pac, con 37 canales más y una imagen de calidad sensiblemente superior." Y meta con eso. A machacar con eso hasta que el primer iceberg te pincha a estribor y te hundís un mes después, en un día soleado en que espías tu buzón y sentís el fresquito del agua llegandote a las rodillas. A los botes, compañeros.

En lugar de $121,80, GarcaVisión nos facturó la friolera de $459. De prepo, nos incluyó sin aviso cuanto canal premium (pago) existe: carrera de ponis en Nepal, la novicia rebelde en checo y el canal donde los espartanos alivian la soledad de entreguerras... Y nos cobra $99 por la instalación que nos hizo el barrigón afable que vino a casa (empleado de ellos) y nos dejó una cajita conversora (llave maestra para poder ver cosas tan pero tan interesantes) por otros idénticos $99. Datos ambos que fueron disimulados entre toda la zaraza zabaraza telefónica. Qué tal?

Secuencia con el agua en ascenso y la nave a pique: 1) contragolpe bancario: suspensión del débito automático, afectar suministros del enemigo es clave; 2) todas las respuestas "pésimo" cuando ese mismo día te llaman y te hacen encuesta sobre calidad del servicio. Y a esperar: con semejante juicio es seguro que van a volver a llamar para saber porqué hay un customer on fire. Lo hacen; 3) pedis detalles y te los dan (claro que como hecho consumado). Logramos que no se compute el cargo de La Novicia, los ponis y el espartanismo hot. Son $60 muy aprox. Se viene la madre de todas las batallas por los 405 que restan. Horizonte de máxima: no moverse de los $121,80 (salvando el costo de cajita y de instalación). Iniciamos expediente en defensa del consumidor. Una alternativa es Mario, pero no me contesta el teléfono.
(jmg)

Continuará.

martes, 2 de junio de 2009

La creación de poder (político) I

En éste fragmento hay algunas cosas que discutimos: el poder (político), el pueblo como uno de los dos actores en la ciudad, la capacidad de organización y la militancia, el compromiso de los sujetos, la representación, los medios, la licenza de los grandes y la violencia y un largo etcétera.

Lo tomé del capítulo semanal que el filósofo José Pablo Feinmann publica los domingos en Página/12 con el título Peronismo. Filosofía política de una obstinación argentina. Su lectura, al menos para los no-peronistas como yo, resulta por demás interesante. Ahora está en pleno 1973, año intenso y complejísimo.

Si hacen el esfuerzo de leerlo en clave maquiaveliana, aparecen aún más ingredientes. Va:

"EL PODER PARA TOMAR EL PODER SE CREA

Ignoro si –como dicen Anguita y Caparrós– habrán sido Elvio Vitali y su amigo los inventores de la consigna del doble poder: “La Casa de Gobierno/ cambió de dirección/ Está en Vicente López/ Por orden de Perón” (...) Se trata de una consigna fundamental para entender la historia del peronismo desde el ’55 hasta el regreso de Perón y hasta la tercera presidencia del líder popular.

En el frío mes de diciembre de 1984, en la Universidad de Maryland (por eso el diciembre era frío), hubo un congreso de escritores y ensayistas. Mi ponencia giró en torno del tema política y verdad y uno de sus pasajes esenciales llevaba por título: El doble poder. Durante la época en que surgió la consigna del doble poder “se hablaba más de la creación del poder que de la toma del poder. El poder se creaba a través de la movilización popular. (Nota: No es casual que el Nº 9 de Envido, de fecha mayo de 1973, salga con una tapa cuyas grandes letras dicen: Gobernar es movilizar. Esta notable consigna –siempre presente, siempre necesaria en teoría política– fue fruto de la imaginación y el talento de Horacio González. Para todos nosotros resultó luminosa.

Como cualquiera podrá imaginar, cuando Perón, el 21 de junio del ’73, larga su orden de iniciar la “etapa dogmática”, nosotros no podíamos sentirnos agradados por esa propuesta. Lo veremos. Pero, quién no lo ve, Gobernar es movilizar y Etapa dogmática son antónimos. Una consigna propone la libertad, la imaginación, la creatividad más absoluta. La otra es autoritaria y dictatorial.) Había un poder del sistema. Un poder institucional representado por la gran burguesía y las Fuerzas Armadas. Y había un poder popular. Un poder que se construía en el llano. Un poder que surgía de la organización
militante del pueblo.
(...)
El doble poder no llevaba a la militancia a la paralización. Un poder en Madrid. Otro en la Casa Rosada. Había que unificarlos. Había que poner al hombre de Madrid en Balcarce 50. Para eso había que militar. ¿Qué era militar? A ver si los políticos de hoy entienden esto: la militancia era territorial. Se trabajaba barrio por barrio. Los militantes tocaban los timbres de las casas y pedían hablar con las familias. Muchos eran aceptados, otros no. Pero el diálogo era mayoritario. Los militantes hablaban con los vecinos y les explicaban la coyuntura, lo que estaba en juego, la necesariedad de la participación de todos para recuperar una democracia popular. No era fácil. El militante siempre tenía una Unidad Básica en el barrio, que era su ámbito de discusión y de formación política. Ahí se elaboraba lo que saldría a decirle a la gente. Había que empezar hablando de las cosas cotidianas. Del pan, del azúcar, del alza de la carne. Y por supuesto: del fútbol. El militante de 1973 tenía que saber mucho de Huracán y del flaco Menotti. (...) Esto, si el militante territorial lo sabía bien, si lo había visto jugar a Huracán y cómo y por qué ganaba el metropolitano, era una herramienta importante para ganarse la amistad de la familia. De pronto, empezaba a hablar de política. Y ahí empezaba la parte más profunda de su tarea. Qué pensaba la familia. Qué esperaba. Qué le gustaba de Perón, qué no. Si habían vivido los primeros gobiernos. Si querían que siguieran gobernando los militares. Qué pensaban de la juventud peronista. Y, por último, qué pensaban de la violencia, de las formaciones especiales.

Este trabajo de superficie, territorial, más necesario, era a causa de no disponer de los medios de comunicación. A la casa de la familia el régimen entraba con la televisión, el pueblo con el militante, esto se pensaba y estaba bien pensado. Cuando el 17 de noviembre el militante Jorge Rulli, en un arranque de entusiasmo combativo, grita: “¡A los barrios! ¡A tomar los barrios!” sabía lo que decía, pero no ignoraba que los barrios –muchos de ellos– estaban tomados. Tomados por la tarea territorial de la militancia. (Ver: La voluntad, ed. cit., p. 655.) También sabía lo que decía el general Viola cuando, en 1977, en IDEA, habló sobre “La lucha contra la subversión” y destacó la importancia de la “subversión territorial”. Y cómo fue eliminada. (Nota: Los empresarios habrán escuchado satisfechos. Notable coherencia la de IDEA. Siempre es admirable una línea de conducta que no se quiebra. El capitalismo es así. Siempre sabe dónde están sus mejores aliados. En 1977 eran el general Viola y sus campos de concentración. Qué horrible, en verdad. ¿Era necesario que apoyaran algo tan extremo? Parecerá una pregunta idiota. Pero la elección de la metodología francesa en Argelia no era la única que tenía el ejército argentino. ¿No hubo un empresario que lo dijera? Ese día, ¿no hubo nadie de IDEA que le dijera a Viola que el camino elegido había fracasado en Argelia y en Vietnam y se consideraba innecesariamente cruel? No, nadie. Además, en 1977, lo esencial de la matanza estaba hecho. Ya estudiaremos la Escuela Francesa. Si no, no se entiende nada.) Porque, en efecto, se eliminó la “subversión territorial” con tanta saña como la subversión armada.
(...)
La militancia territorial era la creación de poder. Para los que sosteníamos esta militancia por sobre todas las otras, era claro que el poder no salía del fusil. Era claro que consignas como “Fusiles y machetes por otro 17” no nos expresaban. Los militantes barriales eran los verdaderos militantes de base. Eran la antítesis del foco. En cierto momento de Montoneros –cuando dejan las armas y se dan una política de superficie– esta militancia pasa a primer plano. Pero los fierros la estropean de inmediato. Cuando los fierros ocupan el territorio, la militancia territorial desaparece. Se produce el reflujo y lo único que queda es la crítica de las armas. Que –si recordamos la concepción de Marx– no puede transformarse en fuerza material si no se apodera de las masas. Toda violencia alejada de las masas es violencia de aparato. De aquí que la militancia territorial sea un largo trabajo que antecede a cualquier otra acción, pues toda acción deberá basarse en la movilización del pueblo.

Resulta poco aceptable que un gobierno como el actual no realice este trabajo esencial de la política de masas. La falencia proviene de una sobrevaloración de los medios de difusión. Que este gobierno tampoco los tiene. ¿Cómo, entonces, es posible que un gobierno de base peronista, que reclama una inserción en las tradiciones militantes de los ’70, no lleve a cabo militancia territorial, formación de cuadros? En 1973, cuando marchó a Gaspar Campos a “romper el cerco”, la Jotapé decidió esta medida el día anterior. Al siguiente tenía 100.000 personas en la calle. El actual gobierno, en cambio, fue superado en masividad por el bloque llamado “el campo” en esa competencia de fuerzas que se hizo el año pasado en la Av. 9 de Julio. Cierto: “el campo” nucleaba todo. Ahí estaban el estanciero Miguens, el piquetero Castells, el señor Blumberg, la procesista Pando, el PO y algunos que he preferido olvidar. Pero el “peronismo” sólo se redujo a su aparato movilizable. ¿Cómo es posible? ¿No hay bases? ¿O no las tiene este peronismo? ¿Las tiene Duhalde, el gran candidato de la derecha, el peronista al que los gorilas aman? Tampoco. No las tiene nadie. Las bases están abandonadas. Porque está abandonada la política de base.

Lo que los jóvenes de los ’70 llamaban: la organización territorial del pueblo. Este era el poder que se creaba a través de la militancia. Porque el poder se toma. Pero el poder para tomar el poder se crea. Se decía esta frase durante esos años. No estaría mal volver a pensarla..." (JPF, artículo completo aquí)

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¿Da la situación del avión desaparecido para elegir jugar con el título de la serie?