jueves, 21 de enero de 2010

Cambiar la receta en Haití

Por Gastón Aín (*)
Especial para 12(+4) Docentes.

En Julio del año 2004 en Washington DC, los países donantes le prometieron a Haití 1300 millones US para estabilizar su situación política y reactivar su maltrecha economía. La promesa fue hecha para el período 2004-2005. Hubo mas promesas en las conferencias de donantes que siguieron en Cayenne, Montreal, Madrid y Puerto Príncipe en 2005, 2006 y 2007. El monto original prometido a Haití en 2004 durante el gobierno provisional de Gerard Latortue jamás fue desembolsado en su totalidad y difícilmente supere los 750 millones US.

Haití sufrió la intervención de 7 misiones internacionales en los últimos 17 años. La MINUSTAH, que funciona en el país desde Junio del 2004, es la última de estas misiones con un costo anual de 510 millones US.

La catástrofe humanitaria sin precedentes que sufre el país y el esfuerzo de reconstrucción que requerirá en el fututo obligan a una reflexión sobre el tipo de “ayuda” a brindar a largo plazo.

Las “buenas intenciones”, los discursos, los aportes en dinero y casi dos décadas de “ayuda internacional” no han podido cambiar la naturaleza ilusoria del estado haitiano. Un estado fallido que tiene enormes dificultades para garantizar las decisiones colectivas de sus ciudadanos y ha mostrado un pobrísimo desempeño económico. Las instituciones burocráticas como el servicio civil, la policía y la justicia, sometidas a décadas de manipulación, clientelismo y corrupción, siguen “heridas” de muerte. No hay en el país partidos de centro ni mucho menos una clase media. Provenientes del periodo colonial, persisten aun las tensiones entre mulatos y negros. La salud y la educación de mediana calidad solo están disponibles para el 5% de la población que puede pagar sus costos. El sida mata niños , jóvenes y ancianos cada año.

Haití tiene 1,125 millas de costa marina sin control de ningún tipo ya que los puertos no pertenecen al Estado y son controlados por la élite que importa y exporta productos y que debe contratar pequeñas armadas privadas para protegerlos. El 8% de la cocaína que ingresa a los Estados Unidos cada año, 9 toneladas, pasa por Haití.

Existen en Haití unas 170,000 armas pequeñas para uso personal en poder de civiles como producto del marco legal permisivo que rige en la materia, al que se suman factores culturales.
Un Estado de tipo racional weberiano, relativamente organizado, con presencia en todo el territorio y con monopolio sobre la violencia, control de fronteras, una armada subordinada a los mandos civiles, capacidad de cobrar impuestos a grandes exportadores e importadores y una justicia independiente en condiciones de terminar con la impunidad, no ha sido funcional a los intereses de la élite económica.

En Haití, esta élite económica está constituida por un grupo de familias, entre las que se cuentan los Mevs, Brandts, Accras, Bigios, Berhmaus y Apeds, que monopolizan el comercio de azúcar, aves de corral, aceite de cocina, textiles, acero, materiales de construcción, automóviles y camiones, hacia y desde la isla. En el primer golpe de Estado contra Aristide, ocurrido a nueve meses de haber asumido la presidencia en 1991, un grupo de familias entre las que se menciona a los Accra, Halloum, Shemali, Hamdar y Bigio tuvo un rol protagónico.

Haití requiere un esfuerzo de reconstrucción que además de proveer infraestructuras básicas, hoy en ruinas, se concentre en la reforma del aparato judicial, penitenciario y policial, tareas para las que Naciones Unidas podría no estar preparada. La utilización de una misión de imposición de la paz para atender una situación de fragilidad estatal no ha dado resultados positivos. Las intervenciones orientadas a la construcción del Estado o state building, son mucho mas ambiciosas que aquellas de carácter humanitario, y su objetivo principal es el remplazo o creación de la autoridad política así como el establecimiento de una autoridad que posea el monopolio de la fuerza, garantice el estado de derecho y provea seguridad a personas y bienes.

La transformación de una misión de mantenimiento de la paz en una misión civil centrada en la reconstrucción y rehabilitación del aparato estatal, que implique una reducción considerable de los 8,000 soldados presentes y la llegada de ingenieros, arquitectos, médicos, abogados y profesionales de la administración publica, podría representar una cambio sustancial para este sufrido país de nuestro hemisferio.

(*) El autor es argentino, abogado (UBA), ex asesor político de la Misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) para reforzar la democracia en Haití. Vivió en Puerto Príncipe durante 2006 y 2007. Doctorando en la Universidad Autónoma de Madrid. En la actualidad trabaja en Rwanda, África del Este. Las opiniones del autor no reflejan necesariamente el punto de vista de las organizaciones mencionadas. El artículo fue publicado también en La Nación, 21 de enero de 2010.

martes, 19 de enero de 2010

Elecciones en Chile: postales elocuentes

Miren esos rostros eufóricos. La agitación de esos brazos con salero que no habitúan labores ni empeños. La impostura de esos lentes, porque algo debe interponerse entre el mundo y la particular forma con que lo miran. El que sostiene el busto del dictador, del asesino sonriente, tal vez lamente su incompletud.

Por la edad y la apariencia, y por el prejuicio que supone toda foto, imaginamos que oyeron las cacerolas del '73, las que derrocaron a Allende. Las que lograron lo mismo que el revolucionarismo abstracto del MIR, que lo corría por izquierda de la mano de la ranciedumbre de derecha que lo volteó. En eso se parecían.

Decían que Piñera era la derecha no Pinochetista. Pero, ¿de quién estarán más cerca estos clasemedieros de instrucción mínima, del dictador o de Allende? El 86% de los votantes de Piñera, que tenían derecho a voto en el plebiscito de 1988 por el SI o el NO a la continuidad de Pinochet , apoyaron al dictador

viernes, 15 de enero de 2010

Destrucción sobre lo destruido



En 1804 Haití adoptó la decisión heroica de ser la primera república de América Latina y el Caribe que se independizó. Napoleón Bonaparte reprimió de manera salvaje la rebelión de esos estados negros y ya entonces Estados Unidos apoyó la posición colonialista de Francia.

Vale la pena, cuando se piensa sobre este caso, mencionar la enorme actualidad y validez que tienen -como categorías en ciencias sociales- las de imperialismo-colonialismo y la de centro y periferia. Son términos que las modas conservadoras buscaron desterrar. En América Latina nunca perdieron su frescura y su potencia.

lunes, 4 de enero de 2010

2010

Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, alteres.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos zapatos, orgullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, tenemos los dientes,
saliva, cinismo, locura, deseo.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
tenemos Quintero, León y Quiroga,
y un bisnes pendiente con Pedro Botero.

Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena.

Tenemos un as escondido en la manga,
tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
monjas de Fellini, curas de Berlanga,
veneno, resaca, perfume, violencia.

Tenemos un techo con libros y besos,
tenemos el morbo, los celos, la sangre,
tenemos la niebla metida en los huesos,
tenemos el lujo de no tener hambre.

Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
ropa de domingo, ninguna bandera,
nubes de verano, guerras de Macondo,
setas en noviembre, fiebre de primavera.

Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
que importa, lo siento, hastasiempre, te quiero,
hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
verónica y cuarto de Curro Romero.

(Estribillo)

Tenemos el mal de la melancolía,
la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
tenemos el agua y, dos veces al día,
el santo milagro del pan y los peces.

Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
ramblas en la luna, vírgenes de cera.

Tenemos naufragios soñados en playas
de islotes son nombre ni ley ni rutina,
tenemos heridas, tenemos medallas,
laureles de gloria, coronas de espinas.

(Estribillo)

Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
ángeles caídos, barquitos de vela,
pobre exquisitos, ricos miserables,
ratoncitos Pérez, dolores de muelas.

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron,
y un alma en oferta que nunca vendimos.

Tenemos poetas, colgados, canallas,
Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
abuelos que siempre ganaban batallas,
caminos que nunca llevaban a Roma.

Más de cien mentiras- Joaquín Sabina.