miércoles, 28 de julio de 2010

Isidro Parodi o la memoria en donde ardía

Borges y Bioy se reían a menudo, con ingenio y desprecio, del provincianismo. Con el seudónimo de Honorio Bustos Domecq firmaron Seis problemas para Don Isidro Parodi, historias de un preso que cumplía perpetua por un crimen que no había cometido y al que ahora le llevaban enigmas policiales que él resolvía desde el más extremo sentido común.  Testimoniaban, así,  la imposibilidad argentina de un Sherlock Holmes. 

Los primeros y más elementales datos biográficos del supuesto escritor son: "El doctor Honorio Bustos Domecq nació en la localidad de Pujato (Provincia de Santa Fe), en el año 1893. Después de interesantes estudios primarios, se trasladó con toda su familia a la Chicago argentina." Se trata de un modesto amigo de las musas, con una instrucción elementalísima que se disimula irónicamente con el adjetivo de interesantes estudios primarios.

Me vino a la memoria ese sarcasmo por un juego de contrastes: se conoció hoy la noticia de que los restos de dos jóvenes desaparecidos durante la dictadura fueron hallados  como consecuencia de una investigación escolar que una docente de Santa Fe encargó a sus alumnos, que se lanzaron con entusiasmo a la tarea. Se trata de la mexicana Cristina Cialceta y del francés Yves Domergue, asesinados por la dictadura en septiembre de 1976. Después de 34 años  fueron identificados. Habían sido enterrados en tumbas sin nombre en el cementerio público de Melincué, un poblado rural distante a 340 km de Buenos Aires.

Según la agencia AFP, habían sido enterrados allí sin identificar, el 29 de septiembre de 1976, tres días después de que Agustín Buitrón, el dueño de un campo cercano, ya fallecido, los encontró acribillados a la vera de una ruta. Tras décadas de búsqueda, el círculo se cerró gracias a pobladores de Melincué, entre ellos un ex empleado judicial, Jorge Basuino (61), que protegió el expediente a través del tiempo, y a la profesora Juliana Cagrandi (48) que en 2003 instó a sus alumnos de último año de la escuela media a investigar este caso.

miércoles, 21 de julio de 2010

(a)política de salud


Ayer me sorprendió la noticia de que el Ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, había firmado una resolución de su área en la que se aprobaba un protocolo de atención sanitaria para casos de abortos no punibles. Desconfié. Hoy por la mañana, el mismo Ministerio que había difundido la noticia, volvió sobre sus pasos. Tal firma no existiría. Ahora todo se acomoda: por el momento, nada hace pensar que este gobierno y este funcionario avancen en tal sentido.

La salud pública y las políticas ambientales son, sin dudas, uno de los flancos más flojos del período 2003-2010. Hay razones que se gestaron antes, pero en el período señalado es poco lo que ha cambiado y mucho de lo que es criticable que parece haberse consolidado.

El Ministro Juan Manzur es un ferviente militante de la fracción fundamentalista católica Opus Dei y un conservador tucumano. Agréguese o quítese de esta afirmación lo que se desee. Está en contra del desarrollo de una política de fabricación pública de medicamentos. Ginés Gonzalez García, su antecesor, opinaba igual. Tal oposición es coherente y prolonga una dependencia, después de todo: ¿existe algún programa de Salud que no dependa de crédito externo?

lunes, 19 de julio de 2010

¿Qué pretende Usted de mi?


Al término de cada cuatrimestre, los docentes realizamos a nuestros estudiantes un cuestionario pedagógico para conocer cómo evalúan ellos distintos elementos de la cursada, especialmente referidos a la forma de enseñanza.

Un ítem les propone que reflexionen sobre los valores, las creencias y las actitudes básicas que le gustaría que un docente estimule cuando enseña y que elijan 3 (las opciones están preestablecidas y son: solvencia, objetividad, precisión, apertura, curiosidad, crítica, respeto y diversidad de opinión).

El resultado se repitió con valores muy similares entre estudiantes de Teoría Política I y II. Las preferencias fueron éstas:

miércoles, 14 de julio de 2010

Sangre y semen


¿Es natural que un niño de 11 años sea papa? Que lo diga Benedicto IX. ¿Y a los 20, como fue Juan XI? ¿O lo serán los dulces y naturales 16 que tenía Juan XII?

Si la familia es, para la sociedad, su base natural, ¿Para la Iglesia de Roma es su base electoral? Pregunto porque la santa, la casta, la devota y pura Iglesia ha tenido a toda una parentela abonada en la Sixtina: Benedicto IX era sobrino de Juan XIX, que había sucedido a su hermano Benedicto VIII quien a su vez era sobrino de Juan XII. O Juan XI: hijo ilegítimo -que no se diga- del Papa Sergio III -que se diga aún menos-. La friolera de seis pontífices nos proveyó la familia de los Teofilactos. Y en lo que hace a este último Juancito, agreguemos que fue muerto a martillazos por un marido celoso que lo sorprendió conociendo a su esposa. Y de esos brazos y perfumes a las nubes sin escalas.

Como no hay peor cuña que la del mismo palo, al Sucesor de Pedro se le antepuso el Cardenal Cesar Baronio quien en el S.XVI dijo que la influencia de dos mujeres cortesanas sobre las sucesiones papales era tan grande que un largo período de la historia debía llamarse pornocracia.

Hoy les molesta que la palabra matrimonio pueda usarse igualitariamente con independencia del género de los contrayentes. Dicen que no discriminan, que tengan "derechos" pero que no se llamen igual por respeto a los heterosexuales. Palabras. Palabras. ¿Y qué tal llamarse Inocencio? una palabra que nombra, denota, simboliza. I-no-cen-cio. Era el italiano Lotario de Segni. Eligió el alias papal de Inocencio III. ¿Y cómo encaja llamarse Inocencio III y ser un asesino organizador de tres cruzadas? El más sanguinario y demente de los vicarios de Cristo.

jueves, 8 de julio de 2010

El asedio clerical a la Modernidad


El Estado Vaticano no adhiere a la gran mayoría de las convenciones internacionales existentes sobre Derechos Humanos, crímenes de lesa humanidad y distintas formas de racismo y discriminación.

De las 103 convenciones internacionales, el Estado Vaticano sólo ha suscripto 10 y no ha firmado contra los crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y contra el apartheid. La falta del compromiso del Vaticano llega al punto de no haber ratificado ninguna de las convenciones sobre la supresión de las discriminaciones basadas en la sexualidad, la enseñanza, el empleo y la profesión. Como tampoco las relativas a la protección de los pueblos indígenas, los derechos de los trabajadores y los derechos de las mujeres.

La historia argentina muestra un fuerte lazo entre el pensamiento de derecha y las corporaciones. Durante décadas, las fuerzas armadas, la burocracia sindical, la cúpula de la burguesía y la Iglesia Católica fueron más un factor de atraso y de autoritarismo que de progreso y derechos crecientes. Esta última en particular es el paradigma de las instituciones refractarias. A 34 años del golpe de estado, la Iglesia Argentina -como institución- aún no ha pedido perdón por haber participado en sesiones de tortura (no expulsó de su seno al condenado por delitos de lesa humanidad, Christian Von Wernich) y su complicidad total con el terrorismo de estado.