martes, 22 de marzo de 2011

Nadie se hace cargo

Conozco a Ignacio, Ana y Gabriela desde 2002. Fueron alumnos brillantes de T1. Hoy son colegas míos. Damos clases juntos. También en T2. Los conocí cuando estaban en primer año de la Carrera. Los invité a sumarse. Aceptaron con entusiasmo. Vi su progreso académico, docente y profesional porque pasó muchísimo tiempo: una década.

Forman parte de esa ignominia que es el "trabajo gratuito", son Ad honorem. Hacen lo mismo que yo, pero no perciben ninguna renta. Ni un peso. A pérdida, porque "invierten" en lo que hace falta para dar clases. Estoy indignado y cansado de mendigar un reconocimiento que merecen por sus sobrados méritos, y por los 9 años que arrastran.

Parece no importarle a quienes deben promoverlos desde la Cátedra que integran. Son sólo un motivo de campaña para la gremial docente a la que pertenecen. Una realidad para los decanos que pasaron y que están. Una masa de trabajadores sin  costo económico para la Universidad. ¿Qué modelo universitario puede funcionar con injusticias semejantes?  ¿Por qué quienes más trabajan, quienes están al frente de un aula, tienen que hacerlo de esta forma? ¿Por qué adentro se reproducen las inequidades que con razón se critican en el conjunto de la sociedad?

Es tiempo de que cada uno se haga cargo de aquella mínima porción del mundo sobre la que sí es posible cambiar algo. 

[JMG]