domingo, 29 de mayo de 2011

Noam Chomsky: 10 formas de manipulación mediática

El lingüista norteamericano elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios:

1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. 
 
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”. 

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos. 

jueves, 26 de mayo de 2011

Una mirada muy distinta sobre Mayo de 1810.

El pueblo es el sujeto de la Historia. Desconfío de los relatos que lo excluyen, ya sea porque le niegan su papel o porque lo desresponsabilizan frente a evidencias terroríficas. También es claro que la Historia es una construcción que se hace desde el presente. Por eso, la Historia es un quehacer político que no puede quedar encerrado entre eruditos sino que debe enseñarse públicamente. Puede mostrarnos un camino futuro y una interpretación del pasado que rompa las formas ocultadoras y convencionales. 

En el caso de la Argentina, generaciones y generaciones fueron instruidas en el relato historiográfico de origen mitrista. La consecuencia, digamoslo sin ambages, fue recibir acríticamente una interpretación liberal (en la práctica: conservadora y violenta), oligárquica, eurocéntrica en general y pro británica en particular,  muy propia de un modelo de desarrollo colonial agro exportador dependiente. 

La perspectiva mitrista construyó el relato oficial de la revolución de mayo de 1810 orientado a legitimar sus intereses. Contra esa historia escribe Norberto Galasso en Verdades y mitos del Bicentenario. Una interpretación latinoamericana. Recupera las lecturas vigentes, las examina y concluye proponiendo su propia visión. La obra resulta muy valiosa.
Destaco algunos puntos centrales que Galasso incluye en su libro y que nos permiten pensar de otra manera los hechos del 25 de mayo de 1810.

1) En España, que en 1808 estaba ocupada por Francia, había un movimiento popular y democrático que estaba tan en contra de la ocupación como del absolutismo monárquico. En ese aspecto, respetan a Fernando VII –cautivo- por ser moderado y haber roto con su familia, más oligárquica y despótica. Componen lo que se conoció como Juntas Populares. 
 

sábado, 21 de mayo de 2011

El "vecino": la nueva categoría estrella del firmamento electoral



¿Quién es “el vecino”? ¿A quién le habla un candidato cuando le habla a “los vecinos”? ¿Por qué hablarle al vecino y no al ciudadano? (obviamente entendido de forma amplia como sujeto de derechos) ¿Qué funcionalidad hay detrás de esta operación?

La utilización de una categoría no es azarosa y, mucho menos, inocua. Cuando nombramos algo lo unimos y lo emparentamos a una serie de conceptos, horizontes y redes de sentidos con contenidos específicos. Así, al nombrar, recortamos un campo de discusión. Condicionamos aquello que se nombra de forma inevitable, aunque –generalmente- de forma inadvertida. Aquí es donde radica la intrínseca reyerta que se cierne sobre toda palabra: una disputa discursiva que expresa y pone en juego redes y relaciones de poder, tal como nos demostrara Michel Foucault (¿Acaso es lo mismo hablar de matrimonio igualitario que de matrimonio homosexual?1).

miércoles, 18 de mayo de 2011

Carne argentina: la historia, el arte y la violencia.

 Cristina Piffer en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA)



La violencia es la partera de la literatura argentina. Están el Facundo (1845) y El Matadero (publicado en 1871). Y con eso basta para probarlo. Echeverría: “La escena que se representaba en el matadero era para vista no para escrita”. Encarnaduras y entripados, obra que Cristina Piffer expone en el MALBA hasta el 29 de junio, toma en serio ese designio.

Ocurre algo instantáneo, apenas después de entrar: intuimos que la escena de
orden (ese sucedáneo criollo del crimen), la quietud contemplativa, los colores descansados, la proporción japonesa que domina todo son un engaño. Hay una pulcritud tan contenida, tan quirúrgica, en las texturas alisadas y metálicas en contraste con las tripas y la carne asesinada
, deshidratada y encapsulada en acrílico, que el emergente de la violencia lo ocupa todo. Recorrer la exposición es hacer un ejercicio de desocultamiento de nuestra Historia.
Piffer vuelve sobre la violencia que operó en la construcción del Estado, especialmente a mediados del S. XIX. Y no es menor el papel que atribuye a los procesos de concentración de la tierra y la propiedad. Estos dos elementos, que son uno, tuvieron enorme proyección en el siglo XX: ¿O no fue la ESMA expresión de matadero? ¿O no fue corral de los dueños de la vida y de la muerte, de la patota siempre en pandilla cayendo como buitres sobre la víctima inerte?