Por E.D.
Es de público conocimiento que el día 10 de julio el actual jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, triunfó ampliamente con el 47,09% de los votos. Pese a la brecha obtenida en relación con el candidato que logró el segundo lugar, Daniel Filmus, no alcanzó a conseguir la mayoría absoluta necesaria para evitar la realización de un comicio definitivo el próximo 31 de julio. Dado lo reciente de la elección no es posible esgrimir razones concluyentes por las que una cantidad tan amplia de ciudadanos porteños optó por la reelección del actual jefe de gobierno. No obstante, así como es posible afirmar que un vasto sector de la ciudadanía se inclinó por el candidato del PRO por convicciones propias, también es posible suponer que otro tanto lo hizo en oposición al candidato del Frente para la Victoria y sus vinculaciones con el gobierno nacional.
En ese sentido, resulta interesante intentar comprender en qué reside la efectividad de la campaña electoral del PRO, dado que hace de la antipolítica uno de sus ejes centrales y que se rehúsa a proponer y debatir los nuevos lineamientos que guiarían un nuevo gobierno. Pero precisamente la misma inexistencia de proyectos o ideas para un nuevo período dificulta una lectura interpretativa de apoyo a su reelección. Sin embargo, entiendo que ese problema podría resolverse a través de la evaluación de su actual gestión. ¿Pero qué hizo Mauricio Macri en ejercicio de la jefatura de gobierno?