jueves, 17 de junio de 2010

Su modo de ser en el mundo


"Doña Teresa, paciente internada por una secuela de accidente cerebrovascular (ACV). A esa altura del tratamiento, era difícil discernir si la dificultad en el movimiento de sus manos era por el tipo de ACV, por una falta de interés en ella misma, por un tratamiento insuficiente o por la combinación de todos esos factores. Lo que recuerdo es que un día, definitivamente derrotada, me senté en el borde de su cama y, por decir algo, le dije: “Lindo día, ¿no?”. Y ella, con su acento italiano, dijo algo así como: “Lindo día para colgar la ropa en la terraza”. Yo le dije: “A ver, Doña Teresa, muéstreme cómo es colgar la ropa en la terraza”. Y ella, muy torpemente, hizo un gesto y colocó broches imaginarios.

Se me hizo presente la imagen de Doña Teresa sana, robusta, al sol, en la terraza tendiendo la ropa. Probablemente la dedicación de su vida habían sido las tareas de la casa, y había habido momentos felices al sol, tendiendo ropa. En ese momento comprendí que había empezado a usar la expresión corporal en la clínica y que ésta no provenía de un repertorio expresivo, sino que era tomada de la vida misma de la persona. Y entonces, tomando a Merleau-Ponty cuando, acerca del jinete, dice que sigue sintiendo su mano porque su único modo de ser en el mundo es con una mano sosteniendo una rienda, podría decirse que para esta paciente su modo de ser en el mundo era con unos brazos tendiendo la ropa."

Tomado de una nota de Leonor Corsunsky en Página/12.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosa pasaje.