Es razonable prever una segunda vuelta en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires y que sea entre Filmus-Tomada y Macri-Vidal. Lo que me intriga saber es si será posible destronar al actual Jefe de Gobierno, para lo cual la fórmula opositora no sólo deberá reunir todo lo reunible para la segunda vuelta sino pescar directamente de las aguas del actual estanque macrista. Captar, como mínimo, unos ariscos 5 puntos determinantes será más difícil que afeitar al hombre lobo.
Es estratégico considerar la historia política reciente del distrito. Cuando se analiza su comportamiento electoral desde 1996 hasta la fecha, las expresiones de derecha o conservadoras, generalmente unificadas en una formula predominante, para Jefe de Gobierno y vice, nunca bajaron de un 38% promedio de votos.
Si se analiza el comportamiento probable de votantes que en primera vuelta no optaron por alguna de las dos listas que van al ballottage y se distribuyen sus votos, Filmus queda cerca pero a una distancia tan exigua como pétrea. Tendría que captar electoralmente a quienes en otras oportunidades votaron a Macri y especialmente a quienes pudieron hacerlo en primera vuelta, o no fueron a votar. No es imposible, pero su campaña parece no ver ese escenario.