lunes, 13 de octubre de 2008

El asombro de Borges


Hoy asistí a la primera jornada del Seminario Internacional Políticas de la Memoria dentro de lo que fue un centro clandestino de detención y exterminio en Buenos Aires, la ESMA.
Horacio González, profesor de nuestra Facultad, mencionó en su exposición un artículo escrito por Jorge Luis Borges tras presenciar una jornada del juicio a las Juntas Militares en 1985, durante el gobierno del ex presidente Alfonsín. Es un texto poco conocido y sobre un tema siempre controversial como es el de este escritor con la pasada dictadura.
Lo encontré y lo leí. Aquí pueden verlo ustedes, es muy bueno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantes los puntos de vista que nos deja Borges. Recordé este artículo del blog cuando leyendo hoy una nota a Dalmiro Saenz (escritor tan polémico como revulsivo en ocasiones) en Página 12 nos dice que "cuando hay violencia no hay odio" en referencia a cuando fue golpeado en la cárcel en su época de montonero.

12 Docentes dijo...

Para mi resulta, por lo menos, compleja y oscura esa expresión: "cuando hay violencia no hay odio". ¿Qué quiere decir esto? No parecen términos anulables, si existe uno se anula al otro del par. No es razonable pensar que la presencia de odio reemplace la actualidad de una violencia. Tampoco veo que la violencia sea algo tan técnico ni rutinizado como para practicarse sin alguna clase de odio, desprecio, temor o prejuicio. Voy a leer lo de Dalmiro y releer lo de Borges. Sigamos.

Anónimo dijo...

Sin duda que la reflexión es criticable, yo que la subí al blog no me animaría a suscribir a ella. Pero sí debo decir que me dejó pensando, porque cuando leí ayer esta nota recordé inmediatamente esta sorpresa de la que hablaba Borges en la que justamente al narrar el relato de alguien que sufrió la tortura del que “esperaba oír quejas, denuestos y la indignación..” sin embargo, se encontró con que “el réprobo había entrado enteramente en la rutina de su infierno”. Y creo que en parte Dalmiro Saenz que, según explica, fue sometido no a una tortura del tipo de la dictadura pero sí a una golpiza en la cárcel durante aquella época y por “iguales razones”, de algún modo me dio la impresión que nos estaba tratando de decir lo mismo que expresa Borges a través de esta frase que he subido. Luego también continúa en el mismo sentido cuando habla de haber conocido policías que “creían en lo que hacían”. En términos absolutos la frase tal vez no nos diga demasiado y la podamos criticar con facilidad, pero me parece que adquiere sentido si leemos ambos textos y vemos que las reflexiones van en el mismo sentido a partir de episodios similares.
Al margen de esta frase que venimos comentando les dejo una pregunta sobre la que me gustaría saber que opinan ¿es la violencia la que engendra odio o es el odio el que engendra violencia? ¿Que opinan?
Saludos.